Las
mujeres desde el inicio de los tiempos han trabajado dentro y fuera del hogar
aunque esta haya sido una realidad invisibilizada.
A
lo largo de la historia, el saber oficial y el ámbito del trabajo como fuente de ingresos, estaba en manos
masculinas ya que las mujeres no tenían acceso a estos espacios . El trabajo femenino, en la Edad Media, más
común era el de criada y/o tareas rurales, en la mayoría de los casos retribuido mediante casa, ropa y comida.
Las
mujeres, más adelante en el tiempo, comenzaron a realizar trabajos como:
parteras, enseñanza en conventos, cuidadoras de enfermos, pero sin ningún o muy
poco reconocimiento. Las pocas mujeres que estudiaban lo hacían en sus casas o
en conventos, formando parte de algunos círculos
literarios y filosóficos.
Es
a partir del siglo XVIII con la Industrialización, que la mano de obra femenina en fábricas comienza
a ser una realidad, aunque con jornadas
de hasta 12 horas y con salarios inferiores a los de los hombres.
El
cuidado de los enfermos estaba desarrollado generalmente por distintas ordenes
religiosas.
Es
en el Siglo XIX, cuando comienza a desarrollar su actividad Florence
Nightingale quien es recordada por su trabajo como enfermera durante la guerra
de Crimea, por su contribución a la reforma de las condiciones sanitarias en
los hospitales y por la reivindicación del trabajo de las mujeres.
Florence
siempre se interesó por las matemáticas, y a pesar de que sus padres, de clase
alta británica, no lo aprobaban, pudo estudiar aritmética, geometría y álgebra
siendo tanto alumna como maestra muy destacada.
Desarrolló un interés en los temas sociales de
su época pero en 1845 su familia se oponía firmemente a su idea de adquirir
experiencia en un hospital. La enfermería no era considerada una profesión
adecuada para una mujer educada.
Mientras
Florence realiza un viaje por Europa y Egipto , tiene la oportunidad de
estudiar distintos sistemas
hospitalarios. En Alejandría, en
Dusseldorf y en París comienza su entrenamiento. A su regreso a Londres , tomó el puesto sin
paga de Superintendente en un Hospital para damas.
En
1854 Gran Bretaña, Francia y Turquía le
declaran la guerra a Rusia en la llamada Guerra de Crimea. Ante la deficiencia
del sistema de Salud el Gobierno le pidió a Florence que se convirtiera en
enfermera-administradora para supervisar la introducción de enfermeras en los
hospitales militares. Llegó a Escutari, un suburbio asiático de Constantinopla
(hoy Estambul) con 38 enfermeras el 4 de noviembre de 1854
Firme
e infatigablemente se ocupó de su trabajo con tal criterio, autosacrificio,
valor, ternura , con una actitud tranquila y sin ostentación que se ganaba los
corazones de todos aquellos a quienes sus prejuicios de oficiales no les
impedían apreciar la nobleza de su trabajo y de su carácter.
Aunque
ser mujer implicaba que Nightingale tenía que luchar contra las autoridades
militares a cada paso, fue reformando el sistema hospitalario. Enfermedades
como el tifus y el cólera implicaban riesgos enormes para los soldados. Recolectó
datos y organizó un sistema para llevar registros. Sus conocimientos matemáticos se volvieron evidentes cuando usó los datos
que había recolectado para calcular la tasa de mortalidad en el hospital. Estos
cálculos demostraron que una mejora en los métodos sanitarios empleados,
produciría una disminución en el número de muertes. Para febrero de 1855 la
tasa de mortalidad había caído de 60% al 42.7%. Mediante el establecimiento de
una fuente de agua potable, así como
alimentación adecuada y equipamiento
hospitalario lo hicieron posible.
Nighingale
usó la información estadística para
crear Programas hospitalarios en el frente de guerra. Culminada ésta, con la
derrota de Rusia, estas estadísticas sirvieron para mejorar los sistemas de Salud
de todos los hospitales públicos de Gran Bretaña, por lo que Florence recibió múltiples
reconocimientos.
En
1860 se abrió la Escuela de Entrenamiento y Hogar Nightingale para Enfermeras
en el hospital de St. Thomas en Londres, con 10 estudiantes. Con la fundación
de esta escuela Nightingale había logrado transformar la mala fama de la
enfermería en el pasado
Casi
durante el resto de su vida Florence estuvo postrada en cama debido a una
enfermedad contraída en Crimea, lo que le impidió continuar con su trabajo como
enfermera. No obstante, la enfermedad no la detuvo de hacer campaña para
mejorar los estándares de salud; publicó 200 libros y reportes . Una de esas publicaciones fue un
libro titulado Notas sobre enfermería (1860). Este fue el primer libro para uso
específico en la enseñanza de la enfermería y fue traducido a muchos idiomas y donde explicó en detalle cómo crear ambientes
propicios para el bienestar y la recuperación de los pacientes y brindó
consejos útiles, contrapuestos a las creencias que predominaban en ese momento.
La combinación de prácticas acertadas y de sentido común es una de las
características de su metodología, que incluso hoy, después de tantos avances
en el ámbito de las ciencias médicas y de los servicios de salud, conserva
todas sus ventajas inherentes.
Nightingale
murió el 13 de agosto de 1910 a los 90 años.
El
ejemplo de Florence ha sido y sigue siendo fuente de inspiración para
innumerables enfermeros en todo el mundo. En 1912, se creó una medalla en su
honor para reconocer a los enfermeros y enfermeras y a los auxiliares de
enfermería que han prestado servicios excepcionales a los enfermos y heridos
durante una guerra o un desastre natural.
Hoy, las
mujeres han cambiado su manera de intervenir en la sociedad, el acceso al
trabajo asalariado es un paso hacia la libertad y dignidad ; toman control de
sus vidas y como promotoras de cultura dentro de la familia, han llegado a
adquirir otra forma de responsabilidades
.
Las mujeres establecen su identidad y
transmiten este entendimiento a sus medios sociales a través del trabajo. Ante
estos escenarios, se convierten en mujeres activas, que promueven una
resistencia que las hace protagonistas de sus luchas, en carreras responsables y respetables gracias
al legado de pioneras como Florence Nightingale
.
Lindo homenaje a una de las madres de la enfermería de hoy, aun se tienen muy en cuenta sus enseñanzas.
ResponderEliminarAntes la enfermería estaba en manos de personas sin ninguna formación.
Gracias Oliva. Increíble la vida de esta mujer. Todo lo que logró en condiciones tan desfavorables.
ResponderEliminarConocía su historia, pero no con tanto detalle ; donde prevalece la inteligencia, perseverancia y capacidad de dar de Florence. Cada nota que leo, es una grata sorpresa!!!
ResponderEliminarGracias Alejandro ! Justo cuando me pidieron que escribiera un editorial sobre las mujeres y el trabajo ( para el Dia del trabajo ) se me ocurrió investigar sobre esta increible mujer. Una vida apasionante.
ResponderEliminar¡Me encantó! ¡Excelente homenaje a una mujer singular! Compartí tu crónica en facebook para que sea leída. ¡Vale la pena!
ResponderEliminarGracias Alfa !!!!! Que valiosas estas mujeres para la humanidad ! Son historias muy impresionantes !
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