En
las culturas orales de todos los tiempos, la facultad de expresarse a través de
versos improvisados ha sido altamente estimada.
En el medioevo europeo la casta juglaresco-trovadoresca accedió a los salones reales, feudales y curiales alcanzando un gran prestigio .
En el medioevo europeo la casta juglaresco-trovadoresca accedió a los salones reales, feudales y curiales alcanzando un gran prestigio .
En el desarrollo de este arte casi exclusivamente cultivado por varones, la presencia de la mujer está escasamente documentada a través de los tiempos y en las diversas geografías donde se lo ha practicado.
La improvisación es común a todos los pueblos del mundo. No hay lugar en la Tierra en donde no haya existido la improvisación por la sencilla razón de que la palabra fue el primer vehículo de comunicación
En
el Rio de la Plata, los acontecimientos políticos y guerreros determinaron un flujo y reflujo de ejércitos y
emigrados que propició el intercambio de
expresiones poético-musicales, usadas para entretener momentos de ocio.
Las
guitarras, las melodías europeas aclimatadas y los tesoros del cancionero y el
romanero hispánicos, fueron herramienta y materia prima para un canto que
–gestado en el siglo XVIII- nació con la patria: el canto del payador.
Este
rebrote americano de la juglaría encarnó, desde entonces, su condición de
heraldo de la libertad, la independencia y la unidad latinoamericana. Se
convirtió en cronista, difusor y comentarista de las ideas emancipadoras. Su
índole trashumante hizo que peregrinara difundiendo la noticia menuda (a la que
la historia grande no dio cabida en sus páginas) consignándola en la memoria
popular.
En ese contexto aparece lo que posteriormente
se llamó la payada. Son las poesías que el payador canta como si estuviera recitando, acompañado
de una guitarra.
La payada se caracteriza por tratar temas en
forma improvisada sobre determinados tópicos entre dos o más payadores
generando lo que se llama un contrapunto.
El
Payador nació en el campo. El gaucho era analfabeto y necesitaba expresar su
realidad en un canto, ya que no podía escribirlo ni aprenderlo de los libros.
Entonces lo improvisó.
La décima, creada por el español Vicente
Espinel hace cuatro siglos, fue tomada por los payadores como medida
fundamental de sus improvisaciones artísticas. A esas décimas, el gran Gabino
Ezeiza, en el siglo XIX le incorpora el
ritmo de milonga, y allí se selló una modalidad fundamental en esta expresión
artística
El
Día del Payador, se celebra en la
Argentina el 23 de julio, como recordatorio de una histórica payada entre el
argentino Gabino Ezeiza y el uruguayo Juan de Nava. Entre los payadores más más
reconocidos, se encuentra, también, José
Curbello.
En
tiempos lejanos habrían incursionado en payadas de contrapunto, mujeres como Aída Reyna o Ruperta Fernández. Pero no
ha sido rescatada ni siquiera alguna cuarteta de ellas, por lo que no se tiene
real registro.
En
cambio, hoy, las payadoras mujeres,
pueden hacer de esta vocación una profesión. La payadora puede payar desde un
lugar de mujer, de madre. La mujer como payadora le imprime un dejo de ternura,
de amor a este arte, le pone un sello diferente.
La
primera payadora, conocida en Argentina, fue Marta Suint, oriunda de Sarandí,
Avellaneda. Comenzó como cantante folklórica en diferentes emisiones de radio
donde desarrolló sus improvisaciones.
Trabajó en teatros y perteneció a la compañía del maestro Osvaldo Pugliese, compartiendo
escenarios con diferentes payadores. También ha recorrido diversos países donde
es muy reconocida, Australia, México, España, ha actuado con Tomasita Quiala, la más grande
improvisadora de Cuba, en la Plaza de la Revolución. Marta tiene un perfil
progresista, una de sus intervenciones al respecto son, en sus continuas
visitas a Puerto Rico, pedir por la liberación de la Isla de Vieques usurpada
por la marina norteamericana para pruebas nucleares. Realiza también
actuaciones solidarias, en cárceles y hospitales. Marta también participa en
Uruguay, en donde se realizan encuentros con los payadores rioplatenses más reconocidos.
Liliana
Salvat, oriunda de Colón, Entre Rios,
actualmente
vive en la Ciudad de Chajarí, en la misma provincia . Comenzó su carrera junto a su esposo también payador, aunque,éste, ya no se dedica a este arte. Ha grabado junto a Marta Suint, payadas que realizan homenajes al Holocausto y reconocimientos a nuestros aborígenes.
vive en la Ciudad de Chajarí, en la misma provincia . Comenzó su carrera junto a su esposo también payador, aunque,éste, ya no se dedica a este arte. Ha grabado junto a Marta Suint, payadas que realizan homenajes al Holocausto y reconocimientos a nuestros aborígenes.
Liliana
Salvat expresa: “El payador no tiene que
ser un especialista, pero debe conocer de muchos temas, ya que eso da base a la
improvisación y al canto con
fundamento”. Advierte que los payadores no son cantores, si no personas que improvisan poesía sobre
diferentes temas, generalmente actuales, y acompañan esas décimas con la
guitarra y una melodía”.
Otra payadora reconocida es Susana Repetto,
oriunda de Dolores, Pcia de Buenos Aires,
docente jubilada. Desde niña se mostró
con condiciones para la improvisación, pero por largo tiempo de su vida no se
dedicó a ello. En la actualidad, y con
un hijo payador también recorre los festivales de nuestro país y Uruguay,
recitando sus payadas.
Frecuenta
audiciones tradicionalistas, tiene tres libros publicados, diez discos, conduce
programas de radio, fomentando la difusión del arte de la improvisación y la
payada.
Susana
realiza contrapuntos, incluso con humor
aborda distintos temas, pero siempre, haciendo docencia y dejando un mensaje constructivo.
Participó en una misa en verso con once
payadores, constituyendo una nueva forma de acercarse a Dios por medio de la
guitarra y el canto.
Estas
payadoras y algunas otras, argentinas y uruguayas, confrontan frecuentemente
entre sí y con sus colegas varones, infundiendo la impronta femenina al
universo psicológico del canto más antiguo; canto milenario que denota
–paradojalmente- la rara propiedad de plasmar el mensaje más actual, más
contemporáneo a los hechos que aborda. Canto que conserva su función de
transportar el patrimonio inmaterial de su pueblo y de ponerle palabras al
pensar, al sentir y al hacer colectivos.
Hola, guapa!
ResponderEliminareliott y yo acabamos de escuchar a Marta Suint, en una payada a las abuelas de la plaza de mayo, y nos ha puesto los pelos de punta.
Gracias por descubrirnosla.
Besotes.
Gracias por leerla Montse y Elliot !!!!! Son unos amores !!!!
ResponderEliminarGracias por este descubrimiento.Gusto de la payada , pero no conocía la femenina.Una vez mas , por el medio oral y la música, esos contrapuntos , dejan enseñanza y plantan posición!!!
ResponderEliminarBusca en youtobe , encontrarás a las mujeres payadoras, Impresionantes, Alejandro.
ResponderEliminarGracias por el regalo Laura Arena...,ya las estaré escuchando ....
Eliminarme encanta la cultura de la payada, es muy nuestro!, cuando era chiquito me gustaba mucho el rap (que también hacen improvisaciones y esas cosas), por lo que me hizo apreciar aun mas a esta cultura que es la nuestra, y también me encanta que las mujeres se involucren en estas cuestiones culturales. saludos
ResponderEliminarGracias, me tocó hablar sobre mujeres y tradiciones en un programa de radio donde participaba y armé más o menos esto. Es interesante y bastante desconocido. Saludos.
EliminarHola!! Le tengo un gran respeto a los payadores porque no debe ser fácil improvisar y que rime a la vez.
ResponderEliminarMuy buena entrada
Saludos!!
Gracias Nicole. Realmente cuando los veo por la tele he pensado que genialidad que tienen. Improvisando y rimando. Impresionante. Saludos.
EliminarSolo vi payadores en festivales y demas por la tele, no conocia la historia y tambien las mujeres que eran reconocidas en la Argentina por este arte, muchas gracias por el descubrimiento, un beso!
ResponderEliminarGracias Abby, me encanta que te haya resultado interesante. Saludos.
EliminarHola Laura!
ResponderEliminarLa verdad es que como en el comentario de arriba, también solo escuché payadores en fiestas patrias y la verdad es que me encanta escucharlos, más cuando son payadas humorísticas. La verdad me pareció muy interesante tu entrada en el aspecto de que siempre escuché hombres, me alegra mucho saber que no son los únicos :3 un abrazo fuerte♥
Gracias por tu interés Mariana, se ve que las payadoras mujeres no tienen mucha visibilidad, porque no se las ve mucho.
EliminarUn hallazgo de esos que me gustan.
Saludos.
Gracias, querida Laura en nombre de todas las Payadoras por tu aporte a nuestro arte repentista.Muchos Besos...Marta Suint
ResponderEliminarGracias Marta, un honor para mi que me hayas leído. Preparé este editorial para un programa de radio en el que participaba, sacando datos de Internet. Luego lo publiqué en el semanario donde publico y lo subí al blog. Gracias nuevamente.
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