jueves, 2 de octubre de 2014

Enseñar y educar.

Enseñar y educar. En familia y en la escuela

Circula por Internet un post que dice algo así como: La escuela enseña, la familia educa.

 Si vemos las cosas desde un punto de vista en el que todo es blanco o negro, bueno o malo, enseñar o educar, familia o escuela, se observa un  pensamiento dicotómico y simplista. Este es un pensamiento que no ayuda a nadie, pero sobre todo no ayuda  a  niños y adolescentes. Lejos de ver a la sociedad, unidos para educar y enseñar, se trata de mostrar a padres, madres y docentes enfrentados.

Padres, hijos y escuela.



Ser padre y madre requiere cumplir la obligación de educar y también enseñar en la medida de lo que se pueda y de los recursos que se tengan.  Educar en valores, educar para la vida, educar al corazón... y enseñar lo que se  sepa o se pueda, ya sea como hacer una comida, a tocar un instrumento,  a jugar al fútbol, a pescar, es algo cotidiano.  Poner al alcance de los hijos todos los saberes que tienen los padres  se constituye en un acto de filiación muy real.
 Los padres y madres también   educan a sus hijos para que cuando asistan a clase respeten lo que les enseñen sus maestras. Dificilmente los niños se van a comportar adecuadamente si en su casa no se les enseña a no hablar sin gritar, a escuchar antes de hablar, a respetar al otro y todas aquellas competencias necesarias para desenvolverse en el mundo.
 Las investigaciones demuestran   que un entorno hogareño en el que se fomenta el aprendizaje  favorece el rendimiento escolar de los niños. Al participar activamente en la educación de sus hijos, los padres les están enviando  mensajes importantes. Les  refuerzan la idea de que la escuela es importante.
 Pero muchas veces esos entornos favorecedores, no existen y entonces es cuando comienzan las pequeñas o grandes fisuras. Siempre ha habido situaciones de abandono escolar, repitencia, sobreedad, pero pareciera que hoy esas realidades se multiplican y para ello se hace necesario pensar otras respuestas.

Escuela, alumnos y padres.


  Los docentes no pueden caer en la ingenuidad de querer obviar que en la escuela, además de enseñar, se educa. Cada alumno viene de una familia diferente, con  valores e incluso culturas distintas, pero la escuela es y debería seguir siendo un lugar donde todos juntos aprenden, además de contenidos,  a relacionarse con otros iguales y también con otros adultos fuera de la familia.
 Todos los alumnos son poseedores de una singularidad que les es propia y la escuela es quien debe atender esa singularidad y respetarla.
 En ocasiones  resulta equívoco que se involucre a las  familias en  situaciones propias del quehacer escolar que debieran resolverse en el ámbito que corresponde, la escuela, circunstancias que a veces los padres naturalizan.
   Al respecto, entiendo que la situación asimétrica que existe entre un adulto que enseña y un alumno que aprende, debiera posibilitar que ese adulto, que es un profesional docente, cuente con las herramientas necesarias para resolver situaciones cotidianas que se presentan todos los días en las aulas de todas las Instituciones escolares.
  Si no pudiera resolverse en el contexto-aula, se cuenta con el contexto Institucional donde todos los actores institucionales podrán colaborar para pensar juntos estrategias para mejorar y/o revertir situaciones  planteadas.
  Analizar las  estrategias áulicas e Institucionales que se utilizan antes de comunicar a la familia los supuestos  problemas  de los alumnos se constituye en un modo de concebir la tarea escolar.
El modo de comunicar estas situaciones cobra real importancia. Luego de agotar las instancias Institucionales conversar con los padres manteniendo un dialogo constructivo resulta más atinado que comunicarlo  con una nota en  un cuaderno de comunicaciones, situación que no admite un intercambio ameno y a la vez formal y que sirva para enriquecimiento de todos. Esto implica una decisión Institucional que considerando que  la escuela es un espacio social, recortado y separado del ámbito   familiar contemple y valore los vínculos con su comunidad de padres. En un lugar donde se resaltan las actitudes positivas de los niños y se señala aquello que requiere de una reflexión grupal, se  evitaran  las descalificaciones, que colocan a los niños en un lugar desde el que luego les es muy difícil sustraerse.
En ocasiones se comunica a los padres,  hechos menores que pueden ser resueltos por el adulto responsable con estrategias didácticas y curriculares que busquen reparar los hechos, retomando las situaciones en el aula como contenido de enseñanza tendiente a lograr una mejor convivencia entre los alumnos.
Es frecuente que algunos niños, en la escuela,  se agredan entre si. Reflexiono, al respecto,  que, en tanto en el recreo como en el aula los tiempos escolares son tiempos de enseñanza. Entonces será responsabilidad del docente, y no de los padres, para que tales situaciones de desborde no ocurran Los alumnos deben tener la oportunidad de jugar a juegos grupales, juegos reglados y coordinados en el patio o en cualquier ámbito escolar buscando prevenir estas situaciones.

Punto de encuentro.


  Encontrar un punto de encuentro que posibilite la apropiación de valores para la vida escolar, familiar y  social, de todos los niños, descubriendo la riqueza de la diversidad y el respeto por las diferencias hará posible que todos las problemáticas puedan trabajarse en conjunto con las estrategias que se proponen desde las políticas educativas vigentes,  buscando no estigmatizar y dando cuenta del rol que cada uno cumple dentro de una Institución Educativa.

Por lo expuesto, no cabe esa dicotomía que dice que se  enseña o se educa, porque no se puede enseñar si antes no se educa.  Ambos, familia y escuela, son pilares fundamentales en el desarrollo de los niños  y se debería  trabajar conjuntamente por mejorar tanto la educación como la enseñanza, dar ejemplo de trabajo en equipo a los niños y adolescentes, y sobre todo, por encima de todo, trabajando juntos, cada uno desde su rol,  no enfrentados, por ellos y para ellos. De ese modo  les estaremos mostrando cuanto les queremos y cuanto nos importan.


8 comentarios:

  1. Entiendo perfectamente todo lo que decis porque soy profesora y me enfrento con estos dilemas cada vez que voy a dar clases, son estas cosas, los artículos o comentarios de personas más allá de los docentes o los padres los que ayudan a disipar muchas dudas y a crear conciencia de que todo es un poco de cal y otro poco de arena.
    Desde ya me encantó la entrada.
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Abril, por tu aporte, es tarea de todos trabajar para mejorar, para lograr la educación que se merecen por derecho, nuestros niños.

      Eliminar
  2. Me gusta tu forma de verlo, en verdad es imposible ver todo como blanco y negro, tiene que haber matices. El problema es que muchas veces los padres no enseñan buenos valores a sus hijos y esto se traslada a la segunda casa, la escuela. Antes la maestra/profesora era respetada y hoy en día es al revés, no pueden amonestar a los chicos, las madres de estos las esperan fuera del colegio para agredirlas, etc...
    Es difícil contener o educar a un chico que después va a su casa y ahí los buenos valores están cambiados o no existen.

    ResponderEliminar
  3. Es real, tu lectura de la sociedad, pero lo que no se puede hacer es ignorarla, esta es la sociedad que existe y la escuela no puede cambiarla, al menos de momento, pero corresponde, al menos, que se ponga a la altura de las circunstancias. Que hacemos con esos chicos donde en su casa no contribuyen ? Que hacemos ?

    ResponderEliminar
  4. Estoy de acuerdo en muchas cosas que dices. Si no se enseña en la casa es muy difícil que el niño lo cumpla en la escuela. Creo que se perdió totalmente el respeto a los maestros/profesores por parte de los alumnos y padres, y coincido en que se dificulta poder darle una solución.

    ResponderEliminar
  5. La dificultad está, es tarea de todos pensar como se le encuentra soluciones, no se si por el camino que vamos es el correcto.

    ResponderEliminar
  6. Me gustó tu entrada, lo que noté desde que mi hija iba a la escuela, y tal vez por el lugar donde vivo, es que los propios padres fueron restando autoridad al maestro. No saben el daño que será para el futuro si un niño no saber respetar la figura que esta encargada de su educación. Creo que en Argentina no se valora la educación como vemos en países desarrollados , dónde se le habla al niño de ir a la universidad desde que está en la primaria.

    ResponderEliminar
  7. Si, realmente son muchos los temas a debatir en cuanto a estas cuestiones. Todo tiene que ver con todo. La escuela es un reflejo de la sociedad. Partiendo de ese concepto, se podrá ir trabajando en esta escuela inclusiva que todos aspiramos.

    ResponderEliminar