lunes, 20 de mayo de 2013

Olga Cosettini.

Olga Cosettini





Una escuela sin filas ni campanas, ni rígidos horarios, donde la música marcaba el tiempo del recreo, las mejores clases se daban en contacto con la naturaleza y la solidaridad era el principio que regía los aprendizajes. Así aprendían los chicos en la Escuela Doctor Gabriel Carrasco de Rosario, entre 1935 y 1950 y bajo la dirección de Olga Cossettini.
 Olga Cosettini  nació en San Jorge (Pcia de Santa Fé ) en 1898  y falleció en Rosario el 23 de mayo de 1987.
 Corría 1935 cuando Olga Cossettini fue designada directora de la Escuela Carrasco, una escuela pública de la santafesina ciudad de Rosario. A partir de una ajustada mezcla de intuición, pero también de estudio e investigación sistemática, constancia y trabajo, Olga Cossettini y su plantel docente, entre la que se encontraba su hermana Leticia, sostuvieron hasta 1950 una de las experiencias pedagógicas más interesantes en la Argentina de la primera mitad del siglo XX. Su adhesión explícita a los postulados del movimiento educativo de alcance internacional conocido como Escuela Nueva o Escuela Activa motivó que las autoridades estatales declararan a este establecimiento como experimental.
A la escuela de jornada simple, ubicada en el barrio Alberdi , asistía una población diversa: hijos e hijas de pescadores y obreros, de comerciantes de clase media y de familias acomodadas de la zona. Sin dar la espalda a los programas oficiales y  la Carrasco sufrió una verdadera transformación: "No se trataba de cambios de horarios y de programas; era una reforma profunda de la vida de la escuela que, con espíritu nuevo, iba a abrir de par en par las puertas de las aulas a la vida", escribió Olga.
Leticia Cossetini, además de acompañar a su hermana de manera incondicional, le imprimió a la cotidianidad de la escuela su sello particular: el de una mujer que al mismo tiempo que maestra era artista. El Coro de Niños Pájaros, el Teatro de Niños y el de Títeres, la danza, así como los conciertos fonoeléctricos quincenales donde sonaban Mozart o Schubert e  ilustraciones en acuarela que desbordaban desprejuiciadamente los márgenes y renglones de los cuadernos de clase, tenían la impronta inconfundible de la señorita Leticia. En la escuela Carrasco no había "hora de" dibujo, artes plásticas o expresión corporal; la educación estética era parte nodal de la formación de los niños. Las asignaturas perdían sus contornos y tanto la biología como la geografía podían invitar a recurrir al pincel o a la poesía. En la base de esta manera de concebir el currículum estaba la convicción de que la escuela debía ensanchar la capacidad del niño de imaginar, de crear, de expresarse y de elegir en qué lenguaje hacerlo.
Pero la fisonomía de esa escuela no solo se destacaba por su costado artístico. Además del intenso trabajo en el laboratorio, el estudio en la biblioteca y las excursiones diarias, se realizaban las llamadas Misiones de Divulgación Cultural que consistían en sacar la escuela a la calle, contactándola con el barrio y su gente. Muchas de las actividades escolares eran organizadas por los alumnos desde el Centro Estudiantil Cooperativo que, entre otras cosas, editaba una revista: La voz de la escuela.
 Por eso visitaron su escuela y hasta formaron parte de sus clases artistas, educadores y escritores como Alfonsina Storni, Javier Villafañe, Gabriela Mistral, Ezequiel Martínez Estrada, Bernardo Canal Feijóo, Emilio Mira y López, Juan Ramón Jiménez y Margarita Xirgú.
  Seiscientos chicos, entre 6 y 14 años, aprendían en la escuela de Alberdi que tenía como principios de trabajo “el respeto por los niños, basado en la solidaridad, en el acercamiento a la naturaleza y a su mundo circundante, con la convicción de qua e sólo se aprende lo que se vive; una escuela de puertas abiertas, que dio libertad a los alumnos para trabajar y a los maestros para desarrollarse”.
.Olga guardaba en su casa todo el trabajo desarrollado con los chicos, fotos y los diarios de clases de que registran el proyecto de esta “escuela experimental”. Al poco tiempo de su fallecimiento su hermana Leticia lo donó para que se forme un archivo que permita mantener vivo este ideal de educación. Así es que en 1988 con estos documentos se crea, en el Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (Irice), el Archivo Cossettini; y en 2005 es declarado patrimonio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicos y Técnicas (Conicet). Un sitio que vale la pena recorrer en www.irice-conicet.gov.ar/cossettini
 Pero como suele suceder, a toda experiencia innovadora le corresponden los burócratas de turno que se ocuparon de ponerles trabas en su oficio, hasta lograr que finalmente el Ministerio de Educación la deje cesante en 1950 , “por no cumplir con los planes oficiales”.
El legado y la experiencia de Olga Cosettini, aún es poco difundido y conocido en nuestro país. Es muy importante que a través de espacios como este podamos conocerlo, valorarlo y difundirlo.

3 comentarios:

  1. Una maestra excepcional, pionera , es el tipo de gente que abren surcos... , me recuerda en otro orden de tipo de enseñanza a María Montessori!!!Cuando nace alguien privilegiado, siempre algún burócrata de turno, miserable de espíritu, trunca el trabajo..PERO NO PUDIERON CON LA OBRA!!! Gracias, para mi un hallazgo....-Maria Montessori fue una educadora, científica, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga, devota católica, feminista y humanista italiana....

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  2. Hola Alejandro: te confieso que Olga Cosettini, fue mi primer editorial para la radio y luego para el diario, la elegí porque me parece un personaje tan entrañable, tan entendida en educación de niños en aquellos años tan lejanos. Si te interesa, en youtobe encontrarás un video que se llama La escuela de la señorita Olga que muestra su obra. Yo la conocí porque en un Perfeccionamiento nos pasaron su video. Gracias por tu interés.

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  3. Conocí la obra de María Montessori cuando estudié Educación Inicial y hablé sobre ella en mi conferencia cuando titularicé como Inspectora. Una grande, pionera de la educación.

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