Una escuela sin filas ni campanas, ni rígidos horarios,
donde la música marcaba el tiempo del recreo, las mejores clases se daban en
contacto con la naturaleza y la solidaridad era el principio que regía los
aprendizajes. Así aprendían los chicos en la Escuela Doctor Gabriel Carrasco de
Rosario, entre 1935 y 1950 y bajo la dirección de Olga Cossettini.
Olga Cosettini nació en San Jorge (Pcia de Santa Fé ) en
1898 y falleció en Rosario el 23 de mayo
de 1987.
Corría 1935 cuando
Olga Cossettini fue designada directora de la Escuela Carrasco, una escuela
pública de la santafesina ciudad de Rosario. A partir de una ajustada mezcla de
intuición, pero también de estudio e investigación sistemática, constancia y
trabajo, Olga Cossettini y su plantel docente, entre la que se encontraba su
hermana Leticia, sostuvieron hasta 1950 una de las experiencias pedagógicas más
interesantes en la Argentina de la primera mitad del siglo XX. Su adhesión
explícita a los postulados del movimiento educativo de alcance internacional
conocido como Escuela Nueva o Escuela Activa motivó que las autoridades
estatales declararan a este establecimiento como experimental.
A la escuela de jornada simple, ubicada en el barrio Alberdi
, asistía una población diversa: hijos e hijas de pescadores y obreros, de
comerciantes de clase media y de familias acomodadas de la zona. Sin dar la
espalda a los programas oficiales y la
Carrasco sufrió una verdadera transformación: "No se trataba de cambios de
horarios y de programas; era una reforma profunda de la vida de la escuela que,
con espíritu nuevo, iba a abrir de par en par las puertas de las aulas a la
vida", escribió Olga.
Leticia Cossetini, además de acompañar a su hermana de
manera incondicional, le imprimió a la cotidianidad de la escuela su sello
particular: el de una mujer que al mismo tiempo que maestra era artista. El
Coro de Niños Pájaros, el Teatro de Niños y el de Títeres, la danza, así como
los conciertos fonoeléctricos quincenales donde sonaban Mozart o Schubert e ilustraciones en acuarela que desbordaban
desprejuiciadamente los márgenes y renglones de los cuadernos de clase, tenían
la impronta inconfundible de la señorita Leticia. En la escuela Carrasco no
había "hora de" dibujo, artes plásticas o expresión corporal; la educación
estética era parte nodal de la formación de los niños. Las asignaturas perdían
sus contornos y tanto la biología como la geografía podían invitar a recurrir
al pincel o a la poesía. En la base de esta manera de concebir el currículum
estaba la convicción de que la escuela debía ensanchar la capacidad del niño de
imaginar, de crear, de expresarse y de elegir en qué lenguaje hacerlo.
Pero la fisonomía de esa escuela no solo se destacaba por su
costado artístico. Además del intenso trabajo en el laboratorio, el estudio en
la biblioteca y las excursiones diarias, se realizaban las llamadas Misiones de
Divulgación Cultural que consistían en sacar la escuela a la calle,
contactándola con el barrio y su gente. Muchas de las actividades escolares
eran organizadas por los alumnos desde el Centro Estudiantil Cooperativo que,
entre otras cosas, editaba una revista: La voz de la escuela.
Por eso visitaron su
escuela y hasta formaron parte de sus clases artistas, educadores y escritores
como Alfonsina Storni, Javier Villafañe, Gabriela Mistral, Ezequiel Martínez
Estrada, Bernardo Canal Feijóo, Emilio Mira y López, Juan Ramón Jiménez y
Margarita Xirgú.
Seiscientos chicos,
entre 6 y 14 años, aprendían en la escuela de Alberdi que tenía como principios
de trabajo “el respeto por los niños, basado en la solidaridad, en el
acercamiento a la naturaleza y a su mundo circundante, con la convicción de qua e
sólo se aprende lo que se vive; una escuela de puertas abiertas, que dio
libertad a los alumnos para trabajar y a los maestros para desarrollarse”.
.Olga guardaba en su casa todo el trabajo desarrollado con
los chicos, fotos y los diarios de clases de que registran el proyecto de esta
“escuela experimental”. Al poco tiempo de su fallecimiento su hermana Leticia
lo donó para que se forme un archivo que permita mantener vivo este ideal de
educación. Así es que en 1988 con estos documentos se crea, en el Instituto
Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (Irice), el Archivo
Cossettini; y en 2005 es declarado patrimonio del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicos y Técnicas (Conicet). Un sitio que vale la pena
recorrer en www.irice-conicet.gov.ar/cossettini
Pero como suele
suceder, a toda experiencia innovadora le corresponden los burócratas de turno
que se ocuparon de ponerles trabas en su oficio, hasta lograr que finalmente el
Ministerio de Educación la deje cesante en 1950 , “por no cumplir con los
planes oficiales”.
Una maestra excepcional, pionera , es el tipo de gente que abren surcos... , me recuerda en otro orden de tipo de enseñanza a María Montessori!!!Cuando nace alguien privilegiado, siempre algún burócrata de turno, miserable de espíritu, trunca el trabajo..PERO NO PUDIERON CON LA OBRA!!! Gracias, para mi un hallazgo....-Maria Montessori fue una educadora, científica, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga, devota católica, feminista y humanista italiana....
ResponderEliminarHola Alejandro: te confieso que Olga Cosettini, fue mi primer editorial para la radio y luego para el diario, la elegí porque me parece un personaje tan entrañable, tan entendida en educación de niños en aquellos años tan lejanos. Si te interesa, en youtobe encontrarás un video que se llama La escuela de la señorita Olga que muestra su obra. Yo la conocí porque en un Perfeccionamiento nos pasaron su video. Gracias por tu interés.
ResponderEliminarConocí la obra de María Montessori cuando estudié Educación Inicial y hablé sobre ella en mi conferencia cuando titularicé como Inspectora. Una grande, pionera de la educación.
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