Uno
de los mitos más sobresalientes en la historia cultural de Occidente es la
oposición entre mujeres y guerra. Tradiciones como el cuidado de la familia o la
fragilidad femenina abonan este mito. Sin embargo, la historia cotidiana
muestra que no todos los hombres son personas fuertes y valientes, y que sí lo
son muchas mujeres, capaces de soportar castigos físicos, tareas penosísimas,
dolores inimaginables. La guerra se aprende, como tantos otros oficios, y aquí
el género es irrelevante.
Fue
en la Segunda Guerra Mundial cuando se puso de relieve su papel,
fundamentalmente como reservistas o como unidades de apoyo en las fuerzas alemanas y británicas y de la
Unión Sovietica.
En la Unión Soviética, precisamente, se destacó la labor de Lidiya Litvyak, quién nació en Moscú el 18 de agosto de 1921. Desde muy joven, Lily demostró un interés inusitado por el mundo de la aviación. Tenía solamente 14 años cuando empezó a recibir clases en un aeroclub particular. Un año después ya piloteaba y pocos años más tarde recibía la licencia de instructora de vuelo.
Cuando
Lily tenía 20 años la Unión Soviética
entra en la Segunda Guerra Mundial enfrentando al nazismo alemán. Ella como
muchas otras mujeres, no dudaron en ofrecerse voluntarias y alistarse en el
ejército haciendo múltiples tareas. Aquellas que conocían el mundo de la
aviación formaron el conocido como Grupo Aéreo 122, en el que sólo había
mujeres, muchas de las cuales harían importantísimas misiones recibiendo
numerosas condecoraciones a lo largo de la Segunda Guerra Mundial.
La
joven piloto tuvo que mentir en su historial de vuelo para ser aceptada en la
aviación militar debido a su corta edad y falta de experiencia. Al final fue
aceptada e inició su participación en el conflicto bélico con un avión de caza
Yakovlev Yak.
Lidiya
llevó a cabo sus primeras misiones de combate durante el verano de 1942. En
septiembre la asignaron ,junto a otras aviadoras a un regimiento masculino
corriente que luchaba en Stalingrado, donde estaban sufriendo pérdidas
cuantiosas. Allí pilotaba un caza donde logró
derribar sus dos primeras aeronaves enemigas.
En una oportunidad al hacer caer un caza alemán
pilotado por un as de la aviación que tenía once victorias a sus
espaldas , quién pudo saltar en paracaídas
y fue capturado por las tropas soviéticas, solicitó conocer al aviador ruso que
había sido capaz de derribarle. Cuando le presentaron a Lidiya, una muchacha
menuda que acababa de cumplir 21 años, creía que sus captores le estaban gastando una
broma.
En
febrero de 1943, poco después de la victoria soviética en Stalingrado, Lidiya fue condecorada con la Orden de la Estrella
Roja, ascendida a subteniente y seleccionada para tomar parte en un grupo de táctica
aérea de élite. Esto consistía en que dos pilotos de gran capacidad se elevaban
para buscar blancos enemigos siguiendo su propio criterio e iniciativa, en vez
de hacerlo como parte de una operación más grande y más controlada.
Derribó sin ayuda cuatro cazas más, y un bombardero . Estas hazañas la convirtieron también en un
as en solitario, la máxima categoría entre los combatientes del cielo.
El
31 de mayo Lidia se presentó voluntaria para derribar un blanco extremadamente
difícil y peligroso: un globo de observación artillera manejado por un oficial
alemán. Usando estos globos, el enemigo podía asignar blancos precisos para la
artillería desde grandes distancias, causando grave devastación. Muchos pilotos
ya lo habían intentado destruir antes que ella, pero todos ellos fueron
rechazados por los densos cinturones de fuego antiaéreo que lo protegía. Lidiya
implementó una táctica diferente y logró neutralizar el globo dirigido.
Lily
consiguió derribar hasta 12 aviones alemanes. Ninguna mujer hasta la
fecha ha superado esta cifra.
Así,
su fama se extendió entre las líneas enemigas que identificaban su avión con
facilidad gracias a un lirio blanco pintado en el fuselaje, que de lejos
parecía una rosa, origen de su famoso apodo, la Rosa Blanca de Stalingrado. Nacía la leyenda, entonces, de la muchacha de
21 años que hacía huir a los pilotos nazis en cuanto distinguían aquella flor mortífera
pintada .
Tras
varios accidentes y múltiples éxitos, Lily Litvak llegó a Comandante del tercer
escuadrón, de la 73º Regimiento de la Guardia. El 1 de agosto de 1943, pilotaría por última
vez.
Después
de tres misiones victoriosas a lo largo de aquel fatídico día, Lily volvió a
salir en su cuarta y última misión. Atacada por sorpresa por varios aviones
alemanes, el avión de Lily fue finalmente abatido.
Su joven y pequeño cuerpo de 21 años no se encontró por mucho tiempo.
Su joven y pequeño cuerpo de 21 años no se encontró por mucho tiempo.
Inna
Pasportnikova, la mecánica de Lily, pasó muchos años buscando en la zona los
restos de su querida amiga. Tras un largo periplo, en 1979 consiguió
encontrarla.
En 1990, el entonces presidente de la URSS,
Mijaíl Gorvachov, condecoró a Lily Litvak con la Estrella de Oro de Heroína de la Unión
Soviética.
Lidiya
da nombre a una calle de Moscú, tiene un museo y un monumento en Ucrania, y aparece en el Libro Guinness de
récords mundiales. Se la ha incluido también como personaje en diversas series
de anime.
Mas allá de la impresionante historia de Lidiya, sus reconocimientos pre y post morten me pregunto cómo es posible que una joven de apenas 21 años haya vivido esta vida en circunstancias tan excepcionales? Cómo puede ocurrir que tantas mujeres en épocas de guerras a lo largo de la historia, tomen parte de las hostilidades de manera activa, que puedan ser muertas o heridas como población civil, violadas por fuerzas de ocupación, convertidas en huérfanas, viudas o mujeres que pierden a sus hijos, desplazadas de su territorios? Que motivaciones ha tenido la humanidad para que esto ocurra?
La
guerra es un término que está íntimamente relacionado con la historia del
hombre. Es la continuación de la política por otros medios. Constituye un caos
provocado, con
el propósito de controlar recursos naturales, por razones religiosas o
culturales, por mantener o cambiar las relaciones de poder, para dirimir
disputas económicas o territoriales.
Guerra es desolación, es espanto, es
desgracia. Guerra es muerte.
La
guerra.
La
guerra tiene labios azulados,
ojos
de soledad, carne de frío,
campos
de noche eterna, gesto airado,
inviernos
sin otoño y sin estío,
la
guerra...
tiene
niños asombrados,
manitas
de miseria y extravío,
cierzos
que cortan vidas y sembrados,
grises
atardeceres, sol sombrío,
la
guerra...
tiene
dientes afilados,
cuchillos
de acerado desafío,
boquitas
de hambre triste y rostro helado,
inmensa
podredumbre hacia el vacío,
la
guerra...
tiene
el ceño ensangrentado,
harapos
y negrura de atavío,
alaridos
sin nombre y sin soldado,
desbordadas
las venas, turbios ríos.
La
guerra...,
sal
en la herida abierta de la tierra
Poema
de Antonia Álvarez Álvarez .
¡Otro estupendo rescate de tu parte, Laura! La Rosa Blanca de Stalingrado, tiene una mirada que despide fuego.
ResponderEliminarGracias Alfa !!!!!! Siempre participando amiga !!!!!
ResponderEliminarIncreíble historia! No tenía ni idea! Esto sólo demuestra que cuando queremos, las mujeres, lo hacemos. No importa la época ni las circunstancias. No hay excusas.
ResponderEliminarGracias Violante ! tengo una columna en el diario donde rescato la vida de estas increibles mujeres que a veces no son tan conocidas. Imagina, esta practicamente niña de 20 años, enfrentando a los cazas nazis. Increible !
ResponderEliminar¡que buenas preguntas planteas Laura! Me encanta seguirte. Al igual que Alfa agradezco el rescate y la parte final con tus reflexiones y el poema es lo mejor.
ResponderEliminarMaimcu: Gracias, me encanta que participen todos mis amigos . Tratando de mejorar cada día !!!! Gracias, gracias.
ResponderEliminarEl gesto adusto y la mirada aguda...,deploro la guerra, pero admiro la valentía de la mujer en general , siempre defienden como leonas las injusticias o pelea por lo suyo mejor que el hombre, resisten mas, el desafío les da mas valor.
ResponderEliminarGracias por esta nota , no conocía a la protagonista y su historia tan valerosa.....
Yo tampoco conocía su historia. Esto de buscar material para las notas del diario me permitió conocer estas mujeres tan increíbles. La rosa blanca de Stalingrado, todo un hallazgo . Gracias Alejandro.
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