Violeta Parra, nace el 4 de octubre de 1917,
en una modesta vivienda en San Carlos en
el sur de Chile.Su padre es maestro y folklorista, su madre colaborara con el sustento de la familia
realizando tareas de costura. Violeta
tuvo ocho hermanos, varios de ellos artístas.
Hacia 1927 el
padre, se queda sin trabajo y se hunde en el alcohol . Su madre hace lo imposible para mantener el
hogar a flote cosiendo infatigablemente, lavando, vendiendo lo necesario.
Los niños revelan precozmente su inclinación al
espectáculo. Imitan a los artistas de los circos que se instalan en las
proximidades del hogar. Se disfrazan con atuendos de papel; montan shows por el que cobran entradas a los niños.
Violeta sigue cursos primarios y un año en la escuela
normal, pero abandona sus estudios pronto y debe trabajar en el campo para
ayudar a su familia. La pobreza es combatida por los niños que cantan en trenes, campos, pueblos, calles e
incluso en más de un burdel.
A los doce años compone sus primeras canciones que
acompaña con la guitarra. El dinero que aporta se hace más necesario que nunca.
El padre ha muerto; esto parece señalar el alejamiento definitivo de la
infancia. Marcha a Santiago poco antes de cumplir los veinte años. Sus
comienzos son muy duros, sus primeras
presentaciones las hizo en sitios muy modestos tales como boliches de barrio,
circos, quintas de recreo, radios, etc., en donde interpretaba tonadas de
carácter popular e incluso boleros románticos. Tiempo después decide
interpretar música de género folklórico y componer. En la mayoría de sus
creaciones se advierte la manifestación de un mundo interior rico en vivencias
de hondo contenido humano, reflejo de una vida triste y poco feliz.
Se
casa y tiene dos hijos, Isabel y Angel,
continuadores luego de su arte, posteriormente con otra pareja tiene dos hijas
más.
Por esa época recorre distintas localidades de Chile , trabajando
en teatros , recopilando canciones antiguas de su país. Su labor como
recopiladora de las tradiciones chilenas es muy valiosa para la cultura de este
país. . Con un grabador y una guitarra, llega a los lugares mas recónditos para
rescatar el folklore olvidado de su pueblo.
En 1953 comienza
a alumbrarse el verdadero genio de Violeta . Después de un recital en casa de
Pablo Neruda, Radio Chile le contrata una serie de programas que la lanzan a la
primera línea del arte folklórico del país. Sus obras ya son muchas, y comprenden Tonadas, Parabienes, Villancicos,
Refalosas, Cuecas.
Obtiene el
premio Caupolicán, otorgado a la folklorista del año. Es invitada al Festival
de la Juventus, en Polonia, y recorre la Unión Soviética. Logra un gran éxito
en Europa y fija su residencia durante dos años en París, grabando allí sus
primeros discos y sus recitales son transmitidos por radio y televisión. . El
éxito obtenido en Europa era inédito para cualquier artista chileno, y Violeta
se llenó de inspiración y creatividad. Estando en París que se entera de la muerte
de su hijita Rosita Clara de pulmonía, quién había quedado en Chile.
A su regreso funda
y dirige el Museo de Arte Popular en Concepción y graba nuevos discos, además
de reiniciar su labor de recopilación folklórica. También comienza a pintar y hacer tapices, y
esculturas en alambre, y se inicia como arpillerista, inventando materiales y
técnicas .
Ya en esa época,
asoma la cantante preocupada de temas sociales, compone Yo canto a la
diferencia, Por qué los pobres no tienen,
y también comienza a conocer la censura. En Argentina, se prohíbe su albúm Todo
Violeta Parra.
Vive
alternativamente en Chile, Argentina y Europa, donde graba discos, realiza
recitales y exposiciones de sus obras de arte. Hasta expone en el Museo del
Louvre, primera latinoamerica en este
lugar.
Por esa época se lanzan al mundo de la música, sus hijos Ángel e
Isabel, con el nombre Los Parra de
Chile. Violeta compone y canta en francés.
Graba Paloma ausente y Arriba quemando el sol, de las que surgirán
múltiples versiones con posterioridad. Violeta en Europa abre caminos a diferentes folkloristas latinoamericanos
que posteriormente recalarán en el Viejo continente con nuestro arte.
En este período forjó una firme relación junto al
musicólogo y antropólogo suizo Gilbert Favre, el gran amor de su vida —con el
que vivió en Francia y Suiza, y destinatario de sus más importantes
composiciones de amor y desamor (Corazón maldito, El gavilán, gavilán, Qué he
sacado con quererte, entre muchas otras).
Sus
textos más combativos surgen en esta
época: canciones como Miren cómo sonríen, Qué dirá el Santo Padre, Arauco tiene
una pena y Según el favor del viento formarían la base de la corriente musical
conocida como la Nueva Canción Chilena.
En 1964, la
televisión de Suiza filmó un documental sobre su trabajo (Violeta Parra,
bordadora chilena), que se constituyó en una de las escasas fuentes
audiovisuales que hoy se conservan de Violeta.
En junio de 1965 regresa a Chile. Instala en las
afueras de Santiago una gran carpa, especie de circo, a la que llama Carpa de
La Reina, con el plan de convertirla en
un importante centro de cultura folclórica, junto con sus hijos , y folcloristas reconocidos en Chile. A pesar de su sueño de convertir la carpa en
un referente para la cultura de Chile, la respuesta no fue motivadora, y el público no la apoyó.
La indiferencia del público chileno, el final de su
relación con Gilbert Favre , la dejó en un estado de ánimo muy vulnerable. Hay
múltiples versiones, acerca de otros motivos y relaciones que también pudieron
contribuir a sus continuas depresiones.
Sus últimas composiciones, en su último disco
lanzado ese mismo año , incluye sus himnos Gracias a la vida y Volver a los 17,
además de otras canciones importantes y conocidas.
El 5 de febrero de 1967, a los 49 años de vida, Violeta Parra se suicidó en la carpa de La Reina,
dejando su legado a Chile y el mundo. Mientras para muchos
resulta paradójico que la autora de ese himno, que es Gracias a la vida terminara
suicidándose sólo un año después de escribirla, otros críticos ven en la letra, en el estilo de musicalización,
en los tonos el reflejo de un estado de ánimo depresivo y
una canción de despedida.
Violeta Parra ha
sido versionada por una innumerable cantidad de músicos chilenos, entre los que
se cuentan Víctor Jara, Quilapayún, , Patricio Manns, Los Jaivas, Inti
Illami. Tributos en rock y baladistas populares han incorporado su
música a sus repertorios. Una gran cantidad de canciones de Violeta Parra son
cantadas por sus hijos Ángel e Isabel y sus nietos Ángel Parra Orrego y Tita Parra continúan con su obra.
En
Argentina han grabado sus canciones Mercedes Sosa, Fito Páez, Pedro Aznar,
Charly García, León Gieco, Alberto Cortez, Facundo Cabral, Ligia Piro.
Violeta Parra fue una artista que imprimió en todas sus creaciones un profundo contenido humano. Sus obras han
traspasado fronteras lo que demuestra su universalidad, pero su rasgo más
notable fue su entrañable cariño por su patria y su Pueblo.
La vida de Violeta parece tener ese destino latinoamericano, mezcla de tragedia
desgarradora, con pobreza, talento, tradición y
grandeza que la hace una mujer inquietante e inolvidable.
Dice
de ella su hermano Nicanor Parra: "...Sólo
sé que pasó por este mundo
como
una paloma fugitiva…..
Solo conocía a Violeta Parra por sus canciones, ahora que me la has dado a conocer me parece una mujer fuerte, pero la vida la dio mucho, pero le quito mucho, cuando veo que un talento tan grande, una persona con una ilusión y una humanidad tan especial se quita la vida, y esto pasa muchas veces, me hace pensar que esta mundo en teoría la casa de todos es insoportable para algunas personas.
ResponderEliminarLa canción de "Gracias a la vida" es una de mis preferidas, y en los momentos bajos me la tarareo y me ayuda. Gracias Violeta, y gracias Laura por acercarla a mi.
Gracias Oliva, por siempre leerme, realmente estas mujeres con una vida tan talentosa y tan trágica. Parece que talento y desgracia van de la mano, verdad ?
ResponderEliminarLa desgracia forma parte de la vida, otra cosa es lo que cada uno hace con ella. Muchos artistas son borrachos o drogadictos pero no creo que esto sea la causa de su talento, la mayoría de los borrachos y drogadictos no terminan siendo artistas.
EliminarUn beso y lo dicho me alegra de que aunque sea por Internet nos hayamos encontrado.
Gracias Oliva, por tus aportes. Creo que el tema del alcohol y la droga en la gente de talento tiene que ver con que sus personas no pueden con todo aquello que la vida les dió y buscan otras formas para llevar el éxito. Me dió tanta pena esa joven inglesa que murió de sobredosis, hace poco tiempo. No recuerdo su nombre. Respecto a Violeta, no me consta, pero evidentemente no pudo con la vida. Que triste, verdad ?
ResponderEliminar“El libro mayor de Violeta Parra” nace como una necesidad que se incubó en el exilio de la hija de Violeta, cuando todos querían saber de su madre. Episodios complejos, considerando que la herencia de la mujer que mejor ha graficado la identidad chilena estaba dispersa, entre países, pueblos y personas que pasaron por su vida. Creo que fue editado en el año 2009.-
ResponderEliminarQue lindo artículo Laura, gracias por recordarnos la vida de estas mujeres fuerte, diferentes y precursoras...Susana.-
Gracias Susana, no conocía la existencia del libro. Lo buscaré. Muy bueno tu aporte. Un beso.
ResponderEliminarGracias por la nota.Como dicen sus compatriotas: "La Violeta, sigue cantando", como el musguito a la piedra........Luchadora, innovadora,se puede morir de cualquier modo, pero las obras de estas mujeres con garra, perduran y enseñan...
ResponderEliminarGracias Alejandro ! Que vida, verdad, a veces la realidad supera la ficción. Increible este talento y este destino !
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