"Madre,
madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten
presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para
siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar ni abrazar… Que no me lloréis. Que
mi nombre no se borre de la historia". Fueron éstas las últimas palabras
que dirigiría a su familia una muchacha de 19 años llamada Julia Conesa. Corría
la noche del 4 de agosto de 1939. Hacía cuatro meses que había terminado la
Guerra Civil. Madrid, destruida y vencida tras tres años de acoso, de
bombardeos y resistencia ante el ejército sublevado, intentaba adaptarse al
nuevo orden impuesto por el general Franco, un régimen que iba a durar cuatro
décadas.
Sería aquélla la
última carta de Julia Conesa. Y ella lo sabía. Porque, junto a otras presas de la madrileña cárcel de Ventas, había
sido juzgada el día anterior en el tribunal de las Salesas.
Y apenas 24 horas
más tarde, 13 de aquellas mujeres y 43 hombres fueron ejecutados ante las
tapias del cementerio del Este.
Por su juventud, a
estas mujeres se las comenzó a llamar Las
trece rosas, y su historia se convirtió pronto en una de las más conmovedoras
de aquel tiempo de odio fratricida y fascismo.
Las mujeres en la
República Española.
El inicio de la
Guerra Civil española en 1936 catapultó a las mujeres de la España republicana
hacia nuevas actividades en el mundo político y social. Si bien las reformas
emprendidas durante la Republica trataron de equiparar los derechos, fue la
guerra civil la que le otorgó un nuevo rol dentro de la sociedad.
En el verano de
1936 la figura heroica de la miliciana se convirtió rápidamente en el símbolo
de la movilización del pueblo contra el fascismo. Su decisión de participar en
el combate armado venía motivada por el deseo de defender los derechos
políticos y sociales que habían adquirido durante la Segunda República y a
demostrar su repulsa al fascismo.
Además de
participar de la lucha, miles de mujeres se lanzaron a esfuerzos bélicos que
iban desde trabajar en fábricas de municiones al voluntariado en servicios
sociales, campañas educativas, proyectos culturales y actividades de apoyo a
los combatientes.
La dirigente anarquista Federica Montseny fue
la primera mujer ministra en España. Entre noviembre de 1936 y mayo de 1937
tuvo a su cargo el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. En el período de
la República Española se legisló acerca del divorcio, el aborto, la
prostitución con propuestas innovadoras
que condujeran a cambiar la mentalidad, la conducta de género y los patrones
sexuales de los hombres.
Federica Montseny y
Dolores Ibárruri constituyen , símbolos notables del extraordinario papel de
las mujeres republicanas en la resistencia al fascismo.
La total derrota republicana en la guerra acabó definitivamente con el ideal emancipador
de las mujeres.
El fin de la guerra
y la muerte.
En el ambiente del verano de la posguerra -tristísimo para unos y
glorioso para otros-, se mezclaban las ruinas de los edificios y la pobreza de
sus pobladores con las dolorosas secuelas físicas y psicológicas de la
contienda. Y, sobre todo, abundaban ya la propaganda y la represión. El día a
día de la capital estaba marcado por las denuncias constantes de vecinos,
amigos y familiares; por la delación, los procesos de depuración en la
Administración, en la Universidad y en las empresas; por las redadas, los
espías infiltrados en todas partes, las detenciones y las ejecuciones sumarias.
"Juro aplastar y hundir al que se interponga en nuestro camino", advertía
Franco en sus discursos.
En ese contexto las
Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse, pero
progresivamente fueron delatados, detenidos, torturados.
Entre esos
detenidos y detenidas, estaban las que luego fueran llamadas Las trece Rosas,
en la cárcel de mujeres de Ventas, construida para 450 personas en la que se
hacinaban unas 4000. Sus edades oscilaban entre los 18 y los 29 años.
Se les condenó por
un atentado, ocurrido mientras algunas de ellas estaban ya detenidas. En un
Consejo de Guerra fueron juzgados 57 miembros de las JSU. Entre ellos estaban
los tres culpables del atentado. Pero se condenó a los 57 por cometer actos
delictivos contra el "orden social y jurídico de la nueva España".
La mayoría de las ejecuciones (incluyendo la
de "las Trece Rosas") tuvieron lugar en la madrugada del 5 de agosto
de 1939, junto a la tapia del cementerio de la Almudena de Madrid, a 500 metros
de la prisión de Las Ventas. Al día siguiente fueron fusilados los autores
materiales del atentado.
Estas mujeres que sabían
bien lo que hacían, y que con su valentía y convicción lucharon contra el
régimen antidemocrático, que participaban de la JSU de forma consciente;
pudiendo quedarse en casa, pero salieron
a la calle y optaron por luchar y defender la II República española,
desempeñando diversas labores durante la defensa de Madrid y poniendo en riesgo
sus propias vidas. El régimen franquista
adoptó un tono paternalista con las mujeres en sus mensajes, pero trató con
igual inquina a hombres y a mujeres. La miliciana era para los vencedores la
antítesis de la mujer, cuya misión en la vida era ser madre y esposa .En las
guerras, son las mujeres las que más
sufren… Y el régimen de Franco hizo todo lo posible por destruir el espíritu de
libertad de las mujeres que se había creado con la República.
Franco se proponía
destruir hasta la simiente a los rojos del país… y al decir rojos, se hablaba
de los simples demócratas, los liberales, cualquier recuerdo de los tiempos en
que España había sido libre.
Se han escrito
libros, representado obras de teatro y ballet, filmado películas acerca de
estas trece muchachas. En ellas hablan
de las penurias, de la vida cotidiana en una prisión en la que sólo se comían
lentejas, de los pertenencias colocadas en el suelo, de la desconfianza, y
hasta de su capacidad para sobrevivir, intimar, quererse y reírse de sí y de su
situación. Hablan de las humillaciones, de las cabezas rapadas, de las palizas,
del miedo, de cómo todas salían temerosas a la galería para ver quiénes eran
las elegidas para morir, de cómo sucedió todo en aquella noche terrible de
agosto.
Blanca Brisac, escribió a su hijo esa noche, ya en capilla:
"Voy a morir con la cabeza alta… Sólo te pido… que quieras a todos y que
no guardes nunca rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca. Las
personas buenas no guardan rencor… Hijo, hijo, hasta la eternidad…".
Agua verde verde...
Cielo de peces azules. ¡Que han muerto las estrellas! Rosas encapulladas entre
los blancos tules del alba. ¡Blancor de alma de doncellas! Ay, agua verde
verde... Al suelo han caído las estrellas trece estrellas rojas azules y
amarillas y la tierra se cubre de azucenas por ellas de blancas rosas y de
campanillas !Que han muerto las estrellas! Ay agua verde verde... Trece
estrellas han muerto trece vestales del Templo de la libertad vírgenes que en
blanco cortejo, sin lanzar un grito en brazos de la muerte van hacia el
infinito, Ay, agua verde, verde que corres silenciosa entre líquenes y fecundas
los campos y el huerto con esencias eternales... Verdor primaveral verde de
pureza gracia y belleza, Trece Rosas han tronchado del eterno rosal. ¡Ay, agua
verde Diosa de la Naturaleza!
Escrito en la cárcel de Ventas por la presa
Rafita Diaz, al poco del fusilamiento de las Trece Rosas.
.
Ellas fueron Las Trece Rosas.
Carmen Barrero Aguado (20 años, modista)
Martina Barroso García (24 años, modista)
Blanca Brisac Vázquez (29 años, pianista)
Pilar Bueno Ibáñez (27 años, modista).
Julia Conesa Conesa (19 años, modista).
Adelina García Casillas (19 años, activista)
Elena Gil Olaya (20 años, activista).
Virtudes González García (18 años, modista).
Ana López Gallego (21 años, modista)
Joaquina López Laffite (23 años, secretaria).
Dionisia Manzanero Salas (20 años, modista).
Victoria Muñoz García (18 años, activista)..
Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años, sastre)
Laura, durante mucho tiempo fue peor después de la Guerra que durante la misma, aun hoy se destruyen edificios por fanatismos que no se entienden. No hace mucho escuche a un periodista decir que en el año 1980 el hizo la mili en Cetuta (una de las ciudades que tiene España al norte de África), y le preguntó a un alto cargo por estas acciones llenas de odio y este respondió: " Claro que lo entiendo, mira una vez iba yo con un soldado por el desierto, no se veía a nadie, y sonó un disparo, y el soldado cayó muerto a mis pies, a tres kilómetros había un campamento, y arrasamos el campamento, mujeres, niños, hombres, camellos. Posiblemente no matamos al asesino pero seguro que se entero.
ResponderEliminarOliva: En todos los tiempos y en todos los lugares la maldad del hombre es infinita. Nosotros tuvimos nuestras dictaduras latinoamericas, pero la Guerra Civil Española y la post guerra me parece un período tan terrible de la Historia del mundo, que es preciso que no olvidemos.
ResponderEliminarEnriqueta Martos Nieto Gracias Laura, por este homenaje a "las trece rosas". Como comentas, la guerra fue dura y difícil, pero la posguerra lo fue más... La generación de nuestros padres está toda marcada por terribles recuerdos y vivencias, que de alguna manera nos han transmitido. Es importante que no se pierda la memoria de lo ocurrido. Es la única manera de que no vuelva a repetirse. Con tu permiso, lo comparto en mi muro.
ResponderEliminarComentario de Enriqueta Martos Nieto.
Maravillosas y necesarias palabras, Laura. Se ha escrito mucho, se han rodado películas como tú bien dices. Pero es imprescindible que no olvidemos a los que lucharon por la libertad y, sobre todo, el terror, la crueldad de los vencedores (en esta y en casi todas las guerras).
EliminarLa posguerra fue muy dura; con el fascismo regado por Europa, la dictadura española estaba en su salsa.
Gracias por este gran homenaje.
Gracias Miguel, a veces cuando escribo sobre temas de otros países , me siento como un poco atrevida, opinando sobre lo que no es lo mío. Pero como descendiente de españoles, siento este tema como muy propio, para mi es algo muy entrañable.
ResponderEliminarAntonia Moreno Te escribí en tu blog, pero algún paso me falla...te lo comento aquí:
ResponderEliminarLaura si mi madre pudiera leerte te aseguro que ella te contaría historias espeluznantes, grises y crueles, tanto de la guerra como de la posguerra. Tus palabras son los reflectores que deben recordarnos que la humanidad no debe pasar por algo así, pero también para darle el valor de algo que ahora puede parecernos natural, la libertad.
Gracias por este homenaje a nuestro pasado, desgraciadamente no tan lejano.
Aarón Antonio Aldama Taracena Me gusto el relato de las trece rosas y el aterrador de la guerra civil española, no soy español y no tengo raíces españolas, pero me encantan las historias españolas, será porque la realidad que se vive en un país, es la misma que se vive en otro país, pero la verdad me encanto la historia.
ResponderEliminarUn testimonio y homenaje para recordarlas y a todos quienes luchan por la libertad.Todas las dictaduras aplican similares métodos.PARA NO OLVIDAR!!!!!
ResponderEliminarGracias por visitar el blog Alejandro, como descendiente de españoles, la Guerra Civil es un período de la historia que me atrae mucho, he leído mucho al respecto, ficción y no ficción.
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