lunes, 19 de agosto de 2013

María Micaela Guyunusa




Los Charrúas fueron unas de las etnias que poblaron lo que hoy es el territorio uruguayo y las cercanías de ambas costas del Río Uruguay, como  las provincias argentinas de Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires desde hace unos 3.500 años.

Soportaron la conquista, defendiendo sus tierras de los españoles, luego lucharon junto al Gral. Artigas por la independencia de la "Banda Oriental", pero paulatinamente fueron desapareciendo  por las sucesivas guerras y matanzas a las que estuvieron expuestos.
La historia  de los indígenas charrúas es totalmente desconocida para los argentinos, a pesar de que aquí ocurrieron hechos similares con nuestros aborígenes como la exhibición, la matanza, la esclavitud.


Uruguay.
María Micaela, hija natural de una  indígena charrúa nació en la zona del actual Departamento de Paysandú, Uruguay donde fue bautizada.
A los 5 años de edad, formó parte del Éxodo Oriental junto con su madre y otros familiares charruas vinculados a la revolución oriental. Desde los 14 años debió vivir oculta en los montes, junto con su familia y su tribu. Los charrúas eran perseguidos y capturados, considerados por el gobierno de la Provincia Oriental como «malvados que no conocen freno alguno que los contenga», que no podían estar «librados a sus inclinaciones naturales».
El 11 de abril de 1831, los jefes charrúas, con sus tropas y familias fueron convocados por el Presidente Fructuoso Rivera  para conciliar diferencias, ofreciéndoles integrar tropas de cuidado de la frontera. Al llamado asistieron varios centenares de charrúas, así acompañó María Micaela a sus familiares e integrantes de su tribu, a un potrero cercano al arroyo Salsipuedes .
 Allí, Rivera asesinó personalmente al cacique Venado de un tiro, que fue la señal para iniciar la matanza. 1200 soldados al mando de Bernabé Rivera persiguieron y sentenciaron en el acto a miles de indígenas según la historia oral y tomaron a 300 prisioneros, entre los que se encontraba Guyunusa, a la que le fue arrebatado su hijo, un niño pequeño del que no hay datos registrados. Los prisioneros fueron llevados a pie casi 300 km hasta Montevideo, donde algunos fueron vendidos como esclavos y otros permanecieron en cautiverio.
La matanza de charrúas continúo en el resto del país hasta lograr prácticamente su desaparición.
Guyunusa fue entregada al director del Colegio Oriental de Montevideo, el francés François De Curel, quien consideró que el contacto directo con sobrevivientes de una raza próxima a su extinción despertaría el interés del público y de los científicos franceses y solicitó al gobierno uruguayo autorizaran el traslado de María Micaela y tres indígenas más a París.

Francia.
Tenía 26 años y estaba embarazada de dos meses cuando partió el barco rumbo a Francia el 25 de febrero de 1833. El grupo estaba integrado también por el cacique Vaimaca Pirú , el chamán Senacua Senaqué  y el joven guerrero Laureano Tacuabé  Martínez. En el envío se incluían un par de ñandúes, considerados  tan exóticos como los indígenas y con las mismas consideraciones y derechos.  
El 8 de junio de 1833 fueron examinados por primera vez por los miembros de la Academia de Ciencias Naturales de  París.


Fueron instalados bajo una toldería y expuestos a la curiosidad pública en una casa situada  en el IX Distrito de París. Se cobraban 5 francos para poder verlos y poco tiempo después fue rebajada a 2 francos debido a la poca asistencia del público. Guyunusa  vestía pieles y mantas tejidas con diseños geométricos. En su frente tenía tres rayas azules pintadas en sentido vertical, que llegaban hasta el nacimiento de la nariz. Cantaba tristemente y guardaba un digno silencio frente a los curiosos
  Senaqué, tenía unos 56 o 57 años, cuando llegó a Francia. Era un médico-brujo indígena, así como un viejo guerrero y favorito del jefe de la tribu. Viajó herido de lanza en el vientre,  las malas condiciones del viaje empeoraron su situación y falleció al poco tiempo de llegar .
 El trato despótico y humillante que se les proporcionaba, además del castigo físico al que se los sometía, comenzó a ser rechazado por la sociedad francesa que se apiadó de ellos y comenzaron las gestiones legales para liberarlos.
Vaimaca Pirú ayunó y guardó profundo silencio en señal de duelo por la muerte de Senaqué. Fueron trasladados a un nuevo local de exhibición donde estarían en mejores condiciones, pero  Vaimaca falleció dos días después de llegar. Los médicos franceses diagnosticaron “muerte por melancolía”.
Guyunusa ya estaba al término de su embarazo y pocos días después de la muerte de Vaimaca, el 20 de setiembre, dio a luz a una niña a la que llamó María Mónica Micaela Igualdad Libertad.
La niña probablemente fuera hija de Vaimaca Pirú, pero en la situación fue Tacuabé quien asumió el rol paterno, asistiéndola atentamente durante el parto y cuidando de ambas.
En ese momento, las duras críticas por parte de la opinión pública francesa hicieron que la Justicia determinara que los sobrevivientes fueran retornados a su país natal. Ante esta decisión, el personaje que se encargaba de ellos, los pasó a la clandestinidad cambiando sus nombres  y huyó con ellos a Lyon, donde los vendió al dueño de un circo.
El 22 de julio de 1834 Guyunusa es llevada al hospital del Hôtel-Dieu de Lyon con un grave cuadro de tisis pulmonar. En el hospital le afeitaron el cabello, pusieron un encofrado en su cabeza y dos tubos en su nariz para permitirle respirar y le hicieron un vaciado de yeso para conservar el registro de su estructura craneana. Falleció pocas horas después, según consta en su acta de defunción en los archivos de los Hospices Civils de Lyon16. Sus restos fueron depositados en un osario común. El molde del busto de Guyunusa se conserva en el Museo del Hombre de París.
 Los rastros de  Tacuabé y su hija se pierden en Francia luego de la muerte de Micaela. ¿Qué pasó con esos infortunados? ¿Cuánto tiempo pudieron resistir las miserias de su vida? ¿Dónde acabó su doloroso calvario? Esas preguntas han quedado sin respuesta.  
En la ciudad de Lyon existe una calle a la que llaman “Camino del indio”. La leyenda dice que por allí pasó un indio huyendo con un bebé en brazos.
En el Prado de Montevideo, hay un  monumento que los recuerda. Tiene la particularidad de que no fue hecho por un único escultor, sino por tres. El cuerpo de Vaimaca Pirú- el cacique  momificado en Francia  se trajo  hace unos años de regreso a Uruguay.
Después de la matanza de Salsipuedes, el pueblo  charrua , prácticamente  dejó de existir . No hay sobrevivientes puros de esa etnia, aunque algunas huellas físicas se pueden encontrar entre la población mestiza de Uruguay. Algunos descendientes se dice que se encuentran en Argentina, en la Pcia de Entre Rios.


Pareciera que en algunas regiones de América el segregacionismo nefasto, ha triunfado destruyendo identidades, culturas y haciendo desaparecer a los verdaderos dueños de la tierra.  

6 comentarios:

  1. "¡Rivera matando amigos!" dicen que dijo Venado cuando se vio en la emboscada. Una vergüenza para todos nosotros. Realmente. Aún hay gente que tiene el tupé de hablar de "la garra charrúa" cuando estos bravos guerreros fueron exterminados sin piedad. Actualmente hay una sociedad que se está ocupando de la historia. Lo terrible de todo esto es que los sobrevientes, mujeres, niños y ancianos que fueron traídos a Montevideo, fuero separados de sus parientes y de esa manera, se mató también algo fundamental para el recuerdo: la memoria colectiva. Los charrúas tenían la costumbre de amputarse un dedo en señal de duelo. Hubo mujeres que se amputaron casi todos en duelo por los hijos. Este dolor es infinito y lo llevamos como el "pecado original" o una marca de nacimiento.

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  2. Muchisimas gracias Alfa !!! Todo lo que quieras aportar, adelante. Cuando me piden un editorial sobre algo de otros países, me da un poco de pudor, porque aunque trato de documentarme, siempre te queda la duda acerca del posicionamiento del que ha escrito lo que tu utilizas. Hay personajes sobre los que no he podido escribir, porque no me fío de lo que encuentro. Por eso me parece tan valioso tu aporte en esta historia uruguaya. Gracias, otra vez.

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    1. Estremecedor, como todo lo que conlleva la colonización o mejor "exterminación" de:
      La pérdida de identidad; idiomas; la evangelización, que supone la pérdida de un imaginario propio; el saqueo de las riquezas naturales; la imposición de un sistema comercial desfavorable para el oprimido y que sienta las bases de nuestra pobreza..

      Estupendo artículo como siempre. Es un placer leerte y conocer nuevas cosas.
      Saludos Laura

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  3. Gracias Antonia, por siempre leer mis artículos. Esta historia en particular, me resultó muy dificil conocer esta historia y luego dar forma al articulo. Un abrazo .

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  4. Que deuda impresionante tiene nuestra sociedad con los pueblos originarios. Conozco la historia de los charrúas en forma global porque voy a las Termas de Almirón (en Uruguay) , que justamente se encuentran en la Ruta Charrúa, que va desde Paysandú hasta Salsipuedes. Todos los años se organiza una cabalgata que va desde Gichon (pueblo cercano a las termas) hasta Salsipuedes y hacen un recordatorio a esa terrible matanza.
    Muchas gracias Laura por recordar estas vidas que nos tocan tan de cerca en nuestra historia. Susana

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  5. Gracias Susana, me encanta cuando gente participa dando aportes o nuevas miradas !!!! Bienvenida a mi blog. Espero que me leas los demás articulos. Un beso.

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