Verónica
Michelle Bachelet nació Santiago de Chile el
29 de septiembre de 1951. Tuvo
una infancia trashumante debido a la profesión de su padre; general de brigada
de la Fuerza Aérea Chilena. Entre 1962 y 1963 residió con su familia en Estados
Unidos. Acabó su formación secundaria en Santiago y en el año 1970 ingresó en
la Facultad de Medicina, al tiempo que comenzaba a militar en la Juventud
Socialista . Eran los días del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende.
La dictadura y el exilio.
El mismo día del golpe de estado, el 11 de septiembre de 1973, su padre, fue detenido acusado de traición a la patria. Apresado y torturado, murió seis meses después en la cárcel.
Michelle pasó a la clandestinidad y también
fue detenida, junto a su madre. Soportó apremios de agentes de la DINA en los centros
de detención Villa Grimaldi y Cuatro Álamos. En 1975, ambas fueron expulsadas
del país. Vivieron el exilio en Australia y Alemania, donde Michelle continuó
sus estudios de Medicina y se casó con el arquitecto chileno Jorge Dávalos con
quien tuvo a sus dos hijos mayores. Más tarde tuvo una tercera hija, Sofía. En
Berlín pudo Michelle continuar sus estudios de Medicina, y a su regreso a Chile
en 1979, volvió a las aulas de la Escuela de Medicina de Santiago. Se licenció
como médica cirujana en 1982, pero su solicitud para cubrir una plaza en el
Sistema público de Salud fue denegada por razones políticas. Una beca de
formación le permitió, en los cuatro años siguientes, especializarse en
pediatría y Salud pública. No abandonó su activismo político y trabajó en una
ONG de protección a la infancia, que ejercía labores específicas con los hijos
de detenidos y desaparecidos.
Se sumó a diversos movimientos contra la dictadura de Augusto Pinochet y con el retorno
de la democracia, desarrolló una carrera política de bajo perfil, hasta que asumió el cargo de ministra de
Salud durante el gobierno de Ricardo Lagos en 2000. En 2002, asumió como ministra de
Defensa. Para las elecciones presidenciales de 2005 es designada como la
candidata presidencial de la Concertación de Partidos por la Democracia, las
cuales ganó el 11 de diciembre de ese año y el 15 de enero de 2006 en primera
y segunda vuelta, respectivamente.
y segunda vuelta, respectivamente.
La Presidencia.
Michelle asumió como presidente de Chile el 11 de marzo de 2006, siendo la primera mujer en la historia del país en ocupar ese cargo. A pesar de sus altas cifras de popularidad al inicio de su mandato, éstas bajaron a mediados del mismo ya que hubo algunos episodios que se fueron conjugando para ello.
La Revolución Pingüina, llamada así debido al
tradicional uniforme utilizado por los estudiantes, en la que más de 100.000
estudiantes de más de cien colegios del país se movilizaron antes de un paro
nacional de estudiantes, el cual habría contado con una adhesión de más de
600.000 escolares, convirtiéndose en la mayor protesta de estudiantes en la
historia de Chile. También la crisis del Transantiago
que debido a
una serie de problemas de planificación, diseño e implementación del
transporte, generó un colapso en la ciudad.
La popularidad de Michelle bajó por
sobre el 40% de aceptación, siendo el nivel más bajo alcanzado por un gobierno
desde el retorno a la democracia.
Su mandato debió enfrentar la crisis económica
mundial de 2008, repuntando sus cifras de popularidad gracias a la evaluación
positiva que los chilenos hicieron finalmente respecto de su gestión. A nivel
internacional, Bachelet generó gran repercusión durante su mandato por su
aporte al mercado de las ideas principalmente relacionado con políticas de
protección social en un contexto de apertura de mercados.
Tras
su mandato, Bachelet asumió como secretaria general adjunta de las Naciones
Unidas, alcanzando así el rango más alto dentro de la jerarquía administrativa
del organismo mundial tras el de secretario general. Bachelet se mantuvo como
una de las figuras políticas mejor evaluadas por la ciudadanía chilena , lo que
motivó el regreso a su país en marzo de 2013.
Bachelet
fue electa, nuevamente, en primarias como candidata a la presidencia para las
elecciones de 2013 por el pacto Nueva Mayoría, que integra a los cuatro
partidos de la Concertación. Tras recibir el 46,70% de los votos en primera
vuelta, Michelle derrotó a la candidata oficialista, Evelyn
Matthei en segunda vuelta el pasado diciembre, donde obtuvo el 62,16% de las
preferencias válidas. Bachelet asumirá nuevamente la presidencia el 11 de marzo de 2014.
El futuro.
Hoy, con la promesa de reformar el sistema educativo de manera radical, Michelle consolidó el apoyo de un amplio sector de la juventud, pero también asumió un compromiso que, de no cumplirlo, le podría significar un enorme costo político.
La educación, en Chile, ha sido un tema de
debate público y de movimientos sociales de enorme magnitud. El sistema
impuesto por la dictadura y consolidado durante las siguientes
administraciones, privilegió una visión mercantilista sobre lo que
tradicionalmente fue un derecho de toda la población. La educación gratuita, de
acuerdo con Bachelet, será una de sus metas junto con la ampliación de
cobertura en niños pequeños y la creación de universidades estatales en las
provincias.
El
planteamiento de su candidatura incluye el financiamiento estatal a las instituciones sin fines de lucro y la
eliminación de la administración municipal de la educación para centralizarla
en un servicio nacional único, que establezca las normas y procedimientos del
sistema educativo.
También
se ha comprometido a que el Estado chileno respete los convenios con la OIT,
evitando los reemplazos de trabajadores durante episodios de huelgas, lo cual
podría representar un frente de fuerte oposición por parte de las grandes
empresas, las más afectadas por conflictos laborales.
Pero
el mayor desafío es la prometida reforma
a la Constitución. La Constitución actual, elaborada durante la dictadura
pinochetista, impide la participación de nuevas fuerzas políticas y resguarda
los espacios de la derecha radical. El escenario, entonces, deberá ser de
diálogo y consensos pero con alta demanda de manejo político y habilidad para
negociar. De modo que el desafío a que se enfrenta no es menor. El pulso
político de Michelle y la gran conjunción de variables que se ponen en juego
para que una gestión presidencial sea exitosa posibilitarán, tal vez, que estas
prácticas democráticas puedan instalarse finalmente en la República de Chile.
Hola, Laura, ... muy buenas entradas en tu blog.
ResponderEliminar¡Saludos!
Gracias Lucho !!!!! Un gusto para mi que me leas. Un saludo !!!!
ResponderEliminarEscribió Susana Bintana. Un ejemplo!!! Michelle Bachelet ejerció una presidencia donde hasta los mismos opositores reconocieron su inteligencia para llevar adelante su gestión en momentos difíciles. Con un pasado complicado a nivel personal, supo sacar de el enseñanzas . Le deseo el mayor de los éxitos. Chile lleva desde hace años políticas a largo plazo que siguen a pesar de los cambios gubernamentales. Deberíamos tomar su ejemplo. Paises como los nuestros que borran de un plumazo lo que hacen los anteriores o desmerecen o boicotean lo que hace la oposición. Suerte Michelle !!!
ResponderEliminarSuerte SEÑORA BACHELET, demostró que se puede y deseo que cumpla Ud. este nuevo mandato en forma exitosa.Chile necesita que se incluya a todo el pueblo.Sería de desear que se termine la tajante diferencia que existe en el presente.
ResponderEliminarNuevamente Laura , una nota completa y actual.
Gracias Alejandro, realmente, Michelle, se merece toda la suerte y el acompañamiento de América Latina ojalá pueda !!!!
ResponderEliminarGracias, Laura por tu artículo. Hay que desearle, como a cualquier gobernante, que acierte en sus decisiones en beneficio de su pueblo. Ojalá sea así. Saludos.
ResponderEliminarGracias, José Luis, es muy deseable que tenga un buen gobierno. Su desafío es muy grande !
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