martes, 16 de febrero de 2016

Campanopolis.

Tuve la suerte de ser invitada por una agencia de viajes de mi  ciudad a conocer Campanopolis. Nunca la había sentido nombrar, ni sabía que era, ni donde se encontraba. Estuve buscando información por Internet y me pareció una propuesta muy interesante, por lo que decidí ir.  Al mirar las fotos, en Google,  uno puede pensar en Brujas, Bélgica o  un pueblito de sur de Italia o Canterbury en Inglaterra. Pero no, es Campanopolis, en el segundo cordón del Conurbano, en Gonzalez Catán, partido de  La Matanza.


Partimos de Lincoln en una combi, al llegar nos espera un guía, quien nos mostró el lugar y nos contó su historia.

La historia.

Antonio Campana, un  hijo de inmigrantes, compró hace cuatro décadas un predio de
200 hectáreas con llanuras, bosques,  ríos y arroyos en La Matanza. Esas tierras le fueron expropiadas para utilizarlas como un basural. Años más tarde las pudo recuperar y es cuando inicia su obra.

Pasó los últimos años de su vida dedicado a esta pasión.  No era arquitecto, no era albañil, de hecho sólo cursó hasta sexto grado, pero tenía una meta que podía parecer utópica: crear su propia ciudad. Y así lo hizo. Asiduo de los antiguos remates que había en la ciudad de Buenos Aires, adquirió verdaderas piezas históricas y de un enorme valor cultural para construir este lugar. De hecho, concurría a los remates y no dejaba que se iniciaran, compraba todo lo que había dentro. Y con esos materiales fue creando su ciudad.



La leyenda cuenta que Antonio de niño dibujaba castillos en sus cuadernos, y que cuando pudo obtener una fortuna personal con la distribución de alimentos, decidió hacer realidad aquel sueño. Para llevarlo  a cabo tuvo que vender algunas de sus empresas. Al principio iba los fines de semana a trabajar en sus castillos y casitas encantadas. Pero cuando enfermó y viendo  acercarse el final de su vida comenzó a trabajar hasta  14 horas todos los días desde el amanecer, con un equipo de hasta un centenar de albañiles que dirigía personalmente, sin ingeniero ni arquitecto alguno. Se construyó sin plan, era una suerte de utópico plan infinito, y sin  una estructura previa. Terminado un edificio venía otro y otro, improvisando sus planos a veces hasta en una servilleta

Pueden verse  desde relojes de la estación ferroviaria de Retiro, adoquines de avenida La Plata, medidores eléctricos de la ex SEGBA,  una escalera que perteneció a la Basílica de Luján, tablones de Argentinos Juniors, veinticuatro columnas perimetrales de las Galerías Pacífico,  el primer carro de bomberos porteño tirado por caballos, tranqueras del Hipódromo de Palermo, una campana de un convento de clausura italiano, vitreaux señoriales de mansiones porteñas, dos ascensores del edificio de la Municipalidad de Buenos Aires, luces de la Plaza de Mayo . Con todos esos materiales y muchísimos más se construyó esta “ciudad”.

Campanópolis, la ciudad de Campana,  lleva ese nombre en honor a su creador.


La ciudad turística.
  Esta ciudad que está conformada por 40 edificios con aire medieval,  Las torres y techos dan una imagen medieval aunque es  un conjunto ecléctico ( reunión de sistemas y elementos diversos )
 Antonio  no tenía como objetivo que el lugar fuera un paseo turístico o de recreación, sino que sólo deseaba esa obra como una construcción  personal. Pero falleció  en 2008 y lo que quedó a medio construir, permanece tal cual lo dejó. Hay, por lo tanto, edificios inconclusos , que le otorgan otro toque misterioso al lugar, como  una estación de tren también a medio terminar, donde se encuentran vagones desvencijados
Hay tres museos que  se visitan, donde Campana expuso una sobrecargada y algo caótica colección de antigüedades. Ellos son: El museo del hierro, El museo de la madera y El museo de los caireles donde se exhiben los más disimiles hallazgos de Antonio, según esas tres categorías.




Campanopolis se convirtió una urbe adoquinada que recibe más de 5000 visitantes al año. A mi modo de ver, aún no ha desarrollado turísticamente todo lo necesario. Un buen restaurant, confiterías,  venta de souvenirs completarían la oferta turística. Seguramente en un tiempo lo tendrán.  
Cuando se ingresa a pie parece que, de un momento a otro aparecerá por el camino ripiado un hombre enfundado en armadura, montado a un caballo o una aldeana en camino a la Iglesia o al mercado.


 Campanópolis tiene pequeños barrios internos unidos por pasajes y callejones. Entre ellos hay espacios verdes, como la plaza principal con banquitos antiguos, aljibes, fuentes de acero, bebederos, una glorieta, faroles porteños con aires parisinos y una serie de ocho estatuas humanas de acero provenientes de la Plaza de la República en Rosario


Inspiradas en Blancanieves, se levantaron doce casitas de piedra, hechas con  escoria de fundición y ladrillos refractarios, en medio de un bosque con pinos, palmeras entrerrianas y araucarias, donde bien podrían vivir los famosos enanitos.




El molino de viento, emulando a los molinos holandeses, fuentes, lagos, puentes complementan la magia del lugar.

La única casa que existía en el lugar antes de ser comprado por Campana tiene valor histórico, ya que era de un puesto de estancia de Juan Manuel de Rosas, un edificio color rosa de 1830, con estilo colonial. Esa casa también funciona como una especie de museo con elementos de la época rosista.

La aldea se alquila para eventos. Susana Giménez grabó la apertura de una de sus temporadas, la banda Maná presentó un álbum, el director técnico Carlos Bianchi celebró un cumpleaños y la tira juvenil Chiquititas grabó escenas allí. Se utiliza para casamientos, donde los novios pueden llegar o partir en barco, carrozas, globos aerostáticos o autos antiguos. Todo vale en Campanopolis, solo hay que tener el dinero necesario para alquilarlo.






Campanópolis es, esencialmente, el resultado de la lucha de un hombre contra el tiempo. Es un intento utópico de realizar un sueño de la infancia.  Hay un intento claro, incluso dramático,  por prolongar la vida de miles de objetos desechados. Es  el esfuerzo que tiene un vínculo indescifrable entre  el arte y la emoción de los logros. Un hombre que  sobre el final de su vida, decidió crearse su propio reino de pura fantasía. Y vaya si lo logró.






14 comentarios:

  1. ¡Hola Laura! Me encanta entrar a tu blog y encontrarme sorpresas y cosas nuevas y hermosas como esta :)
    En un blog de viajes, leí algo sobre Campanopolis y fue la primera vez que me enteré que acá en Buenos Aires, y encima en el conurbano, existía algo con un estilo así medieval. Obvio que me dio la re curiosidad, pero nunca leí la historia ni quién fue su dueño. Me encantó todo lo que nos contaste!!
    De casualidad, ¿sabés si la visita es gratis? O sea, podés ir en coche, con tu familia e ir a conocer el lugar gratis? O se debe pagar entrada y alguna cosa más? Me interesa porque me encantaría conocerlo y además me dan muchísimas ganas de fotografiar el bellísimo reino artificial de este señor! Qué maravilla!

    Te mando un beso,
    Aylu.

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    1. Hola Aylu, que bueno reencontrarte. Te cuento que como fui en excursión, la agencia me cobró todo junto, el viaje y la entrada a Campanopolis, por lo que no recuerdo cuanto salió. Gratis no es. Ellos tienen facebook, twiter y una página de modo que les podés preguntar, son re amables.
      Espero que logres ir, y que me cuentes luego. Besitossssss

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  2. Ay Laura me has dejado completamente sorprendida !!!
    No tenía idea de la existencia de Campanopolis y por poco no puedo creerlo, si me lo contaran no lo creería. Que maravilloso que alguien haya luchado sin descanso por cumplir un sueño como este de construir su propia ciudad, sin más objetivo que hacerlo porque le gusta y todos esos pequeños objetos y materiales que han sido devueltos a una vida que no soñaban. Ojalá se le puedan hacer esos agregados que mencionas que explotarían el lugar turísticamente. Debe ser un sueño visitarlo, espero algún día si viajo a Buenos Aires tener la posibilidad de visitarlo. Espero que Antonio desde donde esté disfrute de ver su ciudad ^^

    Besos!1

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    1. Hola Gime, me encanta que te haya gustado la entrada. Ojalá algún día puedas llegar a conocer este lugar. Y busca más info por Internet que hay mucha.
      Precioso tu comentario. Un beso.

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  3. Hola! Que bonito lugar se ve en las fotos :o no conocía Campanopolis, en realidad nunca escuche nombrar el lugar. Cuando entre pensé que era en otro país pero que sorpresa! Es acá en Argentina, y encima con lo que me gustan los edificio de este tipo! Que interesante la historia del que comenzó con la construcción, gracias por compartirnos tan bonito lugar! Un besote!

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    1. Gracias a vos Ara. Ojalá lo puedas conocer, está ahí al alcance de la mano. Un beso y gracias por comentar !!!!

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  4. Hola, es la primera vez que escucho el nombre Campanopolis y la verdad que el lugar me fascinó, además de que está en Buenos Aires y yo no tenía idea. Me encanta como describiste el lugar, con esos toques medievales, ojalá algún día ir.
    Saludos!

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  5. Hola Laura! Quede totalmente fascinada con esta entrada. No sabia que existia tan maravilloso lugar en nuestro pais!! Si bien me queda un poco lejos porque vivo en Santa Fe, no descarto la idea de ir para esos lados porque me gusta viajar y conocer lugares.
    Campanopolis parace un lugar sacado de un cuento! Es bellisimo, y la historia que esconde detras parece esas tipicas leyendas de peliculas.
    Ahora mismo me voy a buscar informacion, quede con la boca abierta. Y que bueno que vos lo hayas podido conocer y a traves del blog nos comparta tan linda experiencia! Gracias!!!
    Nos estamos leyendo, Anto

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    1. Gracias, Anto, fijate que tienen página de facebook y twiter y también su web donde encontrarás muchísima información y ojalá un día la puedas conocer. Saludos.

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  6. Hola Laura! Al principio el lugar me sorprendió, nunca me imaginé que podía ser un homenaje a la ciudad de Campana. Es bellísimo el lugar, creo que se podrían filmar más de una escena de película ahí porque, por las fotos que ponés, el clima de época de ese lugar es simplemente maravilloso. Y a la vez es uno de esos lugares mágicos en los que nada parece estar fuera de lugar, da la sensación de que lo armó un grupo de hadas, más que una persona de este mundo.
    Me encantaría poder llegar a conocerlo algún día. Ya me voy a poner a buscar alguna data sobre este lugar, gracias por compartir estas cosas que no salen habitualmente en los recorridos turísticos.
    Nos leemos, Esteban

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    1. Gracias, Esteban por el comentario. Espero que encuentres información. Hay mucha en la web. y que un día puedas conocerlo. Yo creo, como escribí que no está bien explotado turisticamente. Por ahí fue una impresión mía. Saludos.

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  7. Hola! (Vengo por la cadena de comentarios de CBA, lamento haber tardado tanto!)
    Mi mamá quiere ir ahí hace años, lo único que tiene de malo es que nos queda bastante lejos de donde vivimos por lo que se dificulta llegar hasta allá.
    Lo que más me llama la atención es que pareciera como quedado en el tiempo, es como que entras en un lugar medieval, no sé cómo explicarlo bien pero me encanta: soy algo fanática de la fotografía y ese sería un lugar magnífico que fotografiar!
    Saludos y lamento la demora :)

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    1. Hola Sol, el tema de llegar a Campanopolis es que es dificil de llegar, vivas lejos o cerca. Si vives en el Conurbano, debe haber combinaciones de colectivos para llegar. Pero si vives en el interior, como yo, la única manera es a través de una excursión.
      Si te gusta la fotografía podrás sacar unas fotos preciosas, hasta a mi me salieron bien, que no tengo idea.
      Saludos y gracias por comentar.

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