La saga de los Osorio.

Cristina Bajo es una escritora argentina de novelas románticas históricas. Es una autora super-ventas dentro del país, que ha sido traducida a otros idiomas.

Cristina  nació el 17 de junio de 1937 en Córdoba. Se casó, tuvo dos hijos, y fue maestra entre otros muchos oficios. Ha colaborado en diarios y revistas nacionales. Lo más significativo de  sus historias, contextualizadas en la época de la organización nacional, es que se escriben desde una perspectiva cordobesa, desde una mirada del interior, denotándose una gran diferencia con las historias centralistas porteñas, que generalmente son las que están más a mano de los lectores.

Entre otros libros Cristina ha escrito la saga de los Osorio, compuesta por cuatro títulos.

Como vivido cien veces (1996)

En tiempos de Laura Osorio (1998)

La trama del pasado (2006)

Territorio de penumbras (2011)

En esta saga la autora nos presenta a través de la historia de la familia Osorio la guerra de años que desgarra a la Argentina en su constitución como país.

Hacendados de abolengo, libertos, negros ,indios,mujeres ,hombres y niños...todos envueltos en un huracan de odios fraticidas.

Se muestra como en pocos lados como esos bandos enfrentados constituyeron y conformaron la génesis de este país. Mezcla de personajes ficcionales y personajes históricos reales, la saga se constituye en una lectura indispensable para conocer la realidad del Siglo XIX.

Como vivido cien veces :

Ésta es una historia de pasiones salvajes y amores predestinados que impregnan de un halo de tragedia a sus protagonistas. El escenario es  Córdoba de fines de la década de 1820. Es la historia de la bella Luz María Osorio. Su nodriza negra, Severa, será la encargada de acercar a la joven, a través de leyendas recreadas junto al fuego, a un mundo de indios y soldados convertidos en tigres, ánimas protectoras de los vivos, sueños premonitorios e hidalgos muertos a manos de los ranqueles. Mientras transcurre la vida de Luz María, su familia se debate en guerras civiles entre unitarios y federales. Sus hermanos luchan en bandos opuestos.

 Montoneros, regulares, insurgentes... patriotas, bárbaros o mercenarios, arrasaban ranchos o estancias. Eliminan   al pobre o al adinerado:  un inmenso ejército sanguinario y abusivo extendiéndose por el suelo de la patria.

En tiempos de Laura Osorio. Segundo libro de la saga.  Ahora la protagonista es Laura y su historia transcurre entre 1835 y 1838 bajo la sombra del asesinato de Quiroga en Barranca Yaco, un hecho que catapulta el poder de Rosas desde Buenos Aires al resto de las provincias.

Laura, muy joven y a cargo de sus hermanos se verá envuelta en situaciones difíciles. Convertida en un 'buen partido' por su belleza, su antiguo apellido y su prestigio, deberá enfrentar a extranjeros que desean conquistarla a cualquier precio.  Laura  desde niña y calladamente ama a su tío, el comandante Farrell. Secretos familiares comienzan a aflorar. La historia de los Osorio parece un encaje con un diseño complejo. La trama, siempre bordeando  la tragedia, se hunde a veces también en lo mágico y lo sobrenatural.

El amor inconveniente de Laura crece en un contexto de una  impecable recreación histórica en el que se descubren rasgos nítidos de idiosincracia de un pueblo, el nuestro, que aún mantienen su vigencia.  El valor documental de la novela,  la incomparable prosa de Cristina Bajo y los giros inesperados de su relato  sostienen el interés del lector hasta la última página, y lo perpetúan más allá permitiéndose aventurarse en nuevas intrigas y secretos de la saga de los Osorio.

La trama del pasado Mientras el país se desangra en la guerra civil de la primera mitad del siglo XIX en  Argentina, desde  Córdoba don Fernando Osorio y Luna, el Payo,  descendiente de esa tradicional familia, emprende con sus hombres un viaje a caballo hacia Buenos Aires, con un mensaje secreto para don Juan Manuel de Rosas, jefe del partido federal. A mitad de camino, y en una de las batallas más cruentas de la historia argentina, Ignacia y él se encontrarán, sin saber que sus lazos provienen del pasado, de trágicos misterios familiares que, desde los orígenes de su estirpe, parecen alcanzarlos como una maldición. Acechado por enemigos desconocidos que atacan salvajemente a su mujer y a su hijo, involucrado en venganzas y reencuentros, amenazado con la expropiación de sus tierras, Fernando encontrará que la mayoría de los privilegios que los suyos mantuvieron por siglos han desaparecido; que los Osorio han caído en desgracia, y que aquella joven que ha conocido  , Ignacia, pertenece al círculo de los enemigos de su familia. ¿Puede un hombre de acción como él, valiente, fiel a sus ideas y a su gente, permanecer indiferente ante la matanza y las injusticias a que todos los días se ve sometida su ciudad por aquellos que se decían sus aliados?

Territorio de penumbras. La historia comienza en Paris en 1841  . Sebastián Osorio y el doctor Saint-Jacques, quienes combatieron bajo las órdenes del general José María Paz en La Tablada, se reúnen y deciden volver a la Argentina para luchar por la Constitución. Mientras tanto en Córdoba, Fernando Osorio continúa  dividido entre el recuerdo de su esposa  y la pasión que siente por su prima Ignacia, a quien no puede desposar. Desde Galicia, un misterioso hidalgo y su acólito sarraceno llegan a la ciudad trayendo noticias del marido de Ignacia. Y el legendario gobernador de Córdoba, López Quebracho, regresa del sur para sofocar intrigas y reclamar la lealtad de Fernando. La Guerra Civil arrasa en las provincias, pero las mujeres resisten como faros en la tormenta: las Osorio, «imbatibles en asuntos de conciencia, lealtades o venganzas», y las de los vencidos, que en medio del dolor, se empeñan en reparar el tejido de la vida. Así, mientras se sepulta a los muertos y se llora a los ausentes, el amor, el desolado amor, renace entre las ruinas

Cristina Bajo planea escribir dos libros más de la saga. Las historias culminarán con la caída de Rosas y el protagonismo de Urquiza. 

 Los esperamos porque realmente valen la pena. Imprescindibles para conocer la historia desde un punto de vista diferente y para deleitarse con literatura de la buena.